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Las muertes asociadas a los accidentes de tránsito, además de ser un problema de seguridad ciudadana, actualmente constituyen un problema de índole económico y social

 

Juan Pérez Osorio
Monitor

Santo Domingo, 5 de febrero de 2014

Introducción

Recientemente, República Dominicana se ha posicionado como uno de los países con las vías más peligrosas del mundo. Informes de la OMS, de la División de Transporte del BID, el “World Views” del Washington Post y diversos reportajes periodísticos nacionales e internacionales ofrecen información sobre este importante factor de riesgo para los dominicanos.

De acuerdo con el último informe de la OMS (2013)  sobre la situación mundial de la seguridad vial, República Dominicana ocupa el segundo lugar entre los países con más muertes por accidentes de tránsito en el mundo en relación con su población, con una tasa de 41.7 por cada 100,000 habitantes. Esta cifra solo es superada por la isla Niue en el Pacífico, con un índice de 68.3 y una población que apenas alcanza los 1,229 habitantes.

A pesar de que en el transcurso de las últimas dos décadas diversas campañas en los medios de comunicación han estimulado a los conductores a manejar de forma más prudente, las cifras de muertos y lesionados siguen siendo preocupantes. 

¿Qué es un accidente de tránsito?

Un accidente de tránsito es el perjuicio ocasionado a una persona o bien material en un determinado trayecto de movilización o transporte. La mayoría de las veces son ocasionados por la acción riesgosa, negligente o irresponsable de un conductor, pasajero o peatón; pero también por fallos mecánicos repentinos, errores de transporte de carga, condiciones ambientales desfavorables y cruce de animales durante el tráfico (INEGI, 2013).

Frecuencia

Para referirse a estos sucesos en República Dominicana, la frase “accidente de tránsito” ya no parece la más adecuada, sino “hecho habitual de tránsito”, dada la frecuencia con que suceden en las vías del país. Debido a que no se cuenta con registros fiables sobre la ocurrencia de estos percances en el país, solo es posible una aproximación a la realidad a través de las cifras sobre fallecimientos (Puello, Bhatti, Salmi, 2013).

Tomando como punto de partida las cifras oficiales, la Oficina Nacional de Estadística estima que la probabilidad de morir en un accidente de tránsito en República Dominicana es de uno entre cuatro mil (García, 2013). En este sentido, en el período comprendido entre 2005 y 2012 se produjeron en promedio cinco muertes diarias por accidentes en las vías. Después de los homicidios, se trató de la segunda causa de muerte violenta del período, con un total de 13,869 fallecidos, el 38 % de todas las muertes violentas.

Para 2013, los datos preliminares ofrecidos por la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) apuntan a que 1,552 personas fallecieron por accidentes de tránsito entre enero y octubre. De mantenerse esa tendencia, en los siete años que median entre 2013 y 2020 en el país se reportaría entre fallecidos y lesionados un total superior a las 81,000 víctimas en las vías. Del mismo modo, los familiares de las víctimas sumarían alrededor de 243,000 de los que gran parte pasaría a la pobreza extrema (Alcántara, 2013).

Estacionalidad y letalidad

Adicionalmente se observa que la ocurrencia de muertes en accidentes de tránsito en República Dominicana muestra un comportamiento estacional. Existe una marcada tendencia al aumento de la cantidad de fatalidades en ciertas horas, días y meses del año. Los reportes de las autoridades indican que en el período 2009-2012, las horas en las que se produjeron más muertes fueron entre las 6:00 PM y las 11:59 PM: 2,656 fallecidos, el 35 % de todas las víctimas por accidentes de tránsito del período. 

 

Los datos preliminares indican un comportamiento similar en 2013: 609 fallecidos en el mismo rango horario, el 39.24 % de los contabilizados entre enero y octubre.

De igual modo, los reportes oficiales muestran que los días con mayor ocurrencia de muertes por accidentes de tránsito son los sábados, domingos y lunes: en el período 2009-2012 se registraron 4,501 fallecimientos durante esos tres días, el 59.2 % de todas las muertes. A octubre de 2013, el 61% de las muertes por esta causa ocurrió durante el fin de semana.  

En los meses de abril y diciembre se advierte una marcada tendencia al aumento de las muertes por accidentes viales, situación que se explica por la celebración de las festividades de Semana Santa y Navidad. Durante estas fechas, además de los varios días de asueto y el aumento del tráfico interurbano, se extiende el horario para el expendio de bebidas alcohólicas; por consiguiente, los accidentes de tránsito pasan a ser, año tras año, los protagonistas de las malas noticias durante los festejos, al ser la principal causa de las muertes y lesiones registradas durante estas temporadas.

En ese sentido, 2013 no fue la excepción, ya que las muertes violentas producidas durante las festividades navideñas se debieron en su totalidad a los accidentes de tránsito: 54 fallecidos. 

 

Género de las víctimas

Otro elemento que se destaca en las estadísticas oficiales es que los hombres jóvenes son las víctimas más frecuentes. Datos de la Policía Nacional sustentan que la mitad de las muertes por esta causa son de hombres entre 18 y 40 años de edad, a pesar de que como grupo solo representan el 20 % de la población total. En 2012, uno de cada 1,900 hombres jóvenes murió en un accidente de tránsito.

Distribución geográfica

Después de Santo Domingo, las provincias de tamaño intermedio como La Vega, La Altagracia, Monte Cristi o Barahona, son las que presentan las mayores tasas de muertes por habitante.[i]

Entre las razones que pueden explicar este comportamiento está el hecho que estas demarcaciones tienen mayor densidad de motores (motocicletas) que las ciudades grandes y según datos de la Policía Nacional, en 2010 el 58 % de las muertes en accidentes de tránsito involucró vehículos de dos y tres ruedas, es decir, motocicletas. Otra razón podría ser que algunas de estas provincias presentan además una elevada dispersión de la población o son destino de vacacionistas.

Costos económicos de los accidentes de tránsito

Además de la pérdida de vidas humanas y los daños transitorios o permanentes a la salud de los sobrevivientes, los accidentes de tránsito causan pérdidas económicas considerables a las familias y al país en general. Se producen pérdidas a consecuencia de los costos del tratamiento (incluidas la rehabilitación y la investigación del accidente) y de la disminución de la productividad por parte de quienes resultan muertos o lastimados. De igual forma, los miembros de la familia deben distraer tiempo del trabajo o de la escuela para atender a los lesionados.

Hay pocos cálculos de los costos de estos traumatismos a escala nacional. Uno realizado en 2009 por la OPRET indicó que el costo económico de los accidentes de tránsito, solo en el Gran Santo Domingo, representó el 0.32 % del PIB para ese año (OMS, 2013).

En octubre de 2013, de acuerdo con una investigación comisionada por el Consejo Nacional de la Seguridad Social, se estimó que el costo de las muertes por accidentes de tránsito que ocurren al año en el país tiene un impacto equivalente al 2.21 % del PIB anual (CNSS, 2013).

Otras estimaciones, como la de Holguín (2012), sostienen que en los próximos diez años los costos de los accidentes para el Estado estarán por encima de los 500,000 millones de pesos, calculados en base al 1.75 % del PIB.[i]

La realidad es que cada hora y media se genera una víctima con traumatismos causados por un accidente de tránsito. Remediar esta realidad serviría de mucha ayuda a las finanzas públicas ya que con una mejor seguridad vial, además de reducir los costos humanos, el Estado dejaría de gastar RD$170 millones al día.

Informe de la OMS

El informe de la OMS (2013) sobre la situación mundial de la seguridad vial plantea una serie de debilidades nacionales que serían las causantes del panorama anteriormente expuesto.

Sobre las instituciones, el informe resalta que solo 28 países (7 % de la población mundial) tienen leyes integrales de seguridad vial, entre los cuales no figura República Dominicana. Básicamente, la falta de un marco legal se relaciona con la carencia de una agencia gubernamental que regule todos los aspectos relacionados con el tránsito en el país[ii]y por ende, que desarrolle una estrategia nacional de seguridad vial.

En adición, el documento enfoca la inexistencia de políticas de movilidad y vías seguras que estimulen la inspección regular de la infraestructura vial y de campañas de promoción de las caminatas y el uso de bicicletas; y que tampoco se fomenta la creación de vías especiales para peatones y ciclistas.

Otro detalle fundamental que apunta el informe es la ausencia de un sistema de penalidades o puntos para los infractores de la ley. Cita como debilidades la falta de un sistema fiable de estadísticas de fallecidos y lesionados por accidentes de tránsito que esté basado en el monitoreo constante de las salas de emergencias de hospitales públicos y privados, la infuncionalidad del número de emergencias 911 y el poco entrenamiento del personal de enfermería en el manejo de politraumatismos.

Conclusiones

Las cifras de muertes ofrecidas cada año por organismos nacionales e internacionales y el peligro existente en las vías dominicanas son temas que acaparan cada vez más la atención de amplios sectores de la vida nacional.

Los cálculos nacionales han puesto de manifiesto que los accidentes de tránsito cuestan al país hasta casi un 2.5 % del PIB; asimismo, se ha comprobado que las repercusiones económicas sobre cada familia pueden ocasionar el endeudamiento y la exposición a la pobreza.

Los traumatismos causados por los accidentes viales han quedado marginados de los programas de acción sanitaria nacional durante muchos años, a pesar de que son predecibles y en gran medida prevenibles. Los datos de investigaciones provenientes de muchos países muestran que se pueden lograr resultados extraordinarios en la prevención de estos traumatismos mediante esfuerzos concertados en los que se implique al sector salud.

Se ha establecido que el problema de la inseguridad vial en República Dominicana debe abordarse desde los distintos aspectos que son factores de riesgo: el ser humano, la infraestructura vial, el vehículo, el medio ambiente y el sistema de autoridad (Holguín 2012). Los riesgos para el ser humano están definidos por su educación y por eso la educación vial ha de ser incluida en el sistema educativo del país. 

La infraestructura para la circulación debe ser objeto de continuo mantenimiento y eliminación de los puntos y tramos de concentración de siniestros.

En lo referente al marco legal, se ha propuesto la actualización de la Ley núm. 241, de Tránsito de Vehículos, de forma tal que permita el endurecimiento de las sanciones a los infractores y un mayor control para la obtención de una licencia de conducir.

En ese sentido, reposa en el Congreso un proyecto de Ley de Tránsito y Seguridad Vial sometido el año 2012. De aprobarse, unificaría en un solo organismo las instituciones que regulan el transporte, fundiendo la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT) con  las otras siete entidades creadas por decreto en las últimas cuatro décadas, aparte de las funciones que la Ley del Distrito Nacional y los Municipios reserva a los ayuntamientos (Pérez, 2013). La nueva dependencia tendría jurisdicción sobre la planificación, financiamiento y las regulaciones del sistema de transporte y sus operadores públicos y privados, así como el uso de las vías públicas.

Finalmente, una medida en la que el Estado debería concentrar sus mayores esfuerzos es la del inicio del funcionamiento del Sistema Nacional de Emergencias 911. Este sistema tiene como función desarrollar y mantener un mecanismo de recepción, atención y transferencia de las llamadas de auxilio que se realicen en situaciones de emergencia a las instituciones y a los cuerpos de socorro correspondientes.

Las acciones antes mencionadas contribuirían al esperado cambio de dirección que la población anhela y que un creciente número de personalidades y entidades desean para República Dominicana en lo que respecta a seguridad vial.

Bibliografía

Acosta, D. (2014, 2 de enero). El procurador revela el sistema integrado del 911 inicia en días. Periódico El Día. Recuperado desde http://eldia.com.do

Alcántara, R. (2013, 27 de diciembre). Cementerios de asfalto. Periódico Hoy. Recuperado desde http://hoy.com.do

Banco Interamericano de Desarrollo. (2013). Diagnóstico de seguridad vial en América Latina y El Caribe: 2005-2009. Washington: BID.

Centro de Operaciones de Emergencias (COE). (2014, 2 de enero). Plan Operativo de Navidad “Por la dominicanidad, los valores y su seguridad 2013-2014”. Recuperado desde http://www.coe.gob.do

Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS). (2013, 13 de mayo). Inician estudio sobre cobertura accidentes de tránsito. Recuperado desde http://www.cnss.gob.do

Fisher, R. (2013, 7 de junio). A map of the countries with the most dangerous roads. Washington Post. Recuperado desde http://www.washingtonpost.com/blogs

García, V. (2013, 27 de septiembre). Los accidentes de tránsito tienen su propia geografía. Recuperado desde http://one.gob.do/blog/

Holguín, M. (2012, junio). Factores de riesgo predominantes en las vías dominicanas. Santo Domingo: FundaRED.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2013). Glosario sobre accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas. México.

Mateo, V. (2013, 25 de febrero). En 2012 descienden los homicidios y accidentes de tránsito, pero aumentan los suicidios. Recuperado desde: http://opd.org.do

Pérez, R. (2013, 22 de abril). Presentan proyecto ley que busca unificar en un ministerio las 14 instituciones del transporte. Listín Diario. Recuperado desde  http://listin.com.do

Puello A.; Bhatti J.; Salmi L. R. (2013, 1 de julio). Feasibility of road traffic injury surveillance integrating police and health insurance data sets in the Dominican Republic. Revista Panam Salud Pública.

World Health Organization. (2013, noviembre). Global status report on road safety 2013: supporting a decade of action. Génova: WHO.

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[1]La provincia La Vega tiene varios núcleos urbanos importantes dispersos por toda su geografía y es, además, la tercera provincia en cantidad de hogares con motor. En el año 2010, La Vega registró 167 muertes por tránsito, mientras que el Distrito Nacional, con una población 2.4 veces mayor, registró solo 101 muertes.

[2]Cálculo realizado según la metodología de la Organización de las Naciones Unidas para la determinación de los costos de los accidentes de tránsito.

[3]Sin contar con las alcaldías municipales, en República Dominicana existen ocho entidades fiscalizadoras del transporte: la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), la Oficina Técnica del Transporte Terrestre (OTTT), la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT), la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), el Fondo de Desarrollo del Transporte Terrestre (FONDET), el Departamento de Vehículos de Motor de Impuestos Internos, la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses OMSA y el Consejo de Administración y Regulación de Taxis (CART).