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La determinación de un precio adecuado para la carne de pollo se hace indispensable, sobre todo si se toma en cuenta la ponderación que tiene este producto dentro de la canasta familiar y, muy específicamente, en los quintiles de menores ingresos.

 

Autora:
Katherine Then Díaz

 

(Santo Domingo, 20 de julio 2012). En el plano local, durante los meses transcurridos del 2012, una parte fundamental de las discusiones referentes a la canasta familiar ha girado en torno a los altos precios de los combustibles, la factura eléctrica y, sobre todo, los productos de consumo masivo, siendo el precio de la carne de pollo el principal factor detonante del debate acontecido en las últimas semanas entre autoridades oficiales, los comerciantes, el sector avícola y la población en general. 

La determinación de un precio adecuado para la carne de pollo se hace indispensable, sobre todo si se toma en cuenta la ponderación que tiene este producto dentro de la canasta familiar y, muy específicamente, en los quintiles de menores ingresos. Dentro de la conformación de la canasta familiar dominicana formada por 305 bienes y servicios, la carne de pollo ocupa el octavo lugar dentro de los 10 bienes y servicios de mayor ponderación. El gráfico a continuación presenta estos datos

Al analizar las ponderaciones de la canasta familiar de bienes y servicios por quintiles, el consumo de carne de pollo ocupa el segundo lugar en los quintiles 1 y 2. Solo el consumo de arroz supera la ponderación de este producto.

En los quintiles 3 y 4, el consumo de la carne ocupa el quinto y séptimo lugar, respectivamente. En el quintil 5 este producto no tiene una ponderación tan significativa. Lo anterior supone que la carne de pollo es un artículo sensible de la canasta familiar y que las variaciones en su precio afectan de manera fundamental a los hogares de menores ingresos.