“El Gabinete de Políticas Sociales puso en práctica una serie de programas para combatir la situación calamitosa que había en el país a raíz de la crisis del 2003”.
Greidys Roa Chalas
Coordinador
Entrevista realizada por Greidys Roa, coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del OPD, al Dr. Rafael Alburquerque, ex vicepresidente de República Dominicana, en torno a su incursión en la política y el aporte del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales. Abril de 2017.
Rafael Alburquerque es un connotado abogado y político dominicano, nació en la ciudad de Santo Domingo, el 14 de junio de 1940. Hijo primogénito de Mercedes de Castro y el licenciado Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, abogado anti-trujillista. Durante el período 2004-20012 fue vicepresidente de la República y coordinador del Sistema de Seguridad Social y del Gabinete Social del Gobierno dominicano.
Greidys Roa. ¿Qué le motivó a usted a incursionar en la política?
R. Alburquerque. El amor a la justicia. Desde muy pequeño vi en mi hogar la injusticia: lo que fue un padre perseguido por la tiranía de Trujillo. Entonces, eso me llevó desde muy temprano a rechazar la injusticia y a abogar por la justicia. Es casi seguro que eso me impulsara hacia la política en una lucha, por lograr la justicia. Y ya dentro de la política, una opción por los pobres, por los trabajadores, por los campesinos, de que se pudiera dar satisfacción a sus necesidades, a sus inquietudes, a sus reivindicaciones, que es también parte de la justicia, en este caso de la justicia social.
GR. ¿Qué puede decir sobre su experiencia en el Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales, que usted coordinó por ocho años?
RA. No hay que olvidar que nosotros (el PLD) llegamos al poder con una gran crisis en el 2004, un millón quinientas mil personas de clase media habían sido lanzadas a la pobreza. Entonces, frente a un gobierno que se iniciaba con una inflación que había llegado casi al 57 %, el dólar a 60 por 1, un país envuelto en una crisis; cuando llegamos al gobierno había necesidad de responder rápidamente a esas personas que estaban en la pobreza, que estaban pasando hambre, que habían sido duramente afectadas por la crisis del año 2003.
Entonces, con el presidente Fernández, acordamos tratar de que ese gabinete de políticas sociales no solamente se limitara a coordinar, como había sido hasta entonces que, generalmente, coordinaba los ministerios y no funcionaba en la práctica, sino que ese gabinete pusiera en implementación una serie de programas para combatir de inmediato esa situación calamitosa que había en el país. Y de ahí surgió el programa “Comer es Primero”, y luego, ya estructurado con otros programas, lo que se llama hoy el programa “Solidaridad”.
GR ¿Cómo valora usted la asistencia que el Gobierno otorga a los beneficiarios del programa “Progresando con Solidaridad”?
RA. No le llamamos asistencia, es una transferencia condicionada, porque realmente no es el programa tradicional de regalar; es un programa para luchar contra el círculo vicioso de la pobreza; es transferirle una suma de dinero a cambio de que ese niño esté adscrito a las Unidades de Atención Primaria (UNAP) del Ministerio de Salud, para que pueda tener una niñez sana y prevenirle posibles enfermedades, y que ese niño esté asistiendo regularmente a la escuela, con una asistencia mínima de un 80 %. ¿Por qué? porque ya se hace muy difícil sacar a los padres de la pobreza, pero ese niño, si tiene salud y educación, esos son los dos instrumentos que le van a permitir a él salir de la pobreza.
Si no se adscribe (el niño) a las UNAP, si la madre no lo inscribe en la escuela, inmediatamente el Programa da un S.O.S. (una alerta) y se le suspende la transferencia. Esa es una forma de obligar a los padres a que los niños estén en la escuela, que estén en los programas de vacunación, que las muchachas jóvenes estén en programas de embarazo… Son toda una serie de programas, con los cuales lo que se pretende es que, si no los padres, que es muy difícil, que esos niños puedan salir de la pobreza. La suma de dinero que se les otorga es poca, es verdad, pero es parte de las limitaciones que son propias del Estado dominicano.