Así expresó Bienvenido Jiménez, coordinador técnico de expansión de iniciativas locales en los ayuntamientos y asesor de los ayuntamientos juveniles en FEDOMU, en entrevista concedida a Natanael Disla, investigador de la Unidad de Gobierno Local.
Natanael Disla
Investigador
¿Cuál es el estado actual de los ayuntamientos juveniles en República Dominicana?
El programa de los ayuntamientos juveniles está en un proceso de revitalización y revisión. Hay muchos de esos ayuntamientos que están inactivos por falta de voluntad política a nivel local, y otros que permanecen por alcaldes comprometidos, como lo es el de Bani. Una de las organizaciones de cooperación Internacional que apoyó, que se interesó en este proyecto es UNICEF.
¿Ya UNICEF no está con el proyecto?
Está apoyando tímidamente, incluso tiene un acuerdo con FEDOMU hasta 2016, desde donde entran en contacto directo con los ayuntamientos y municipios, pero como el país ha mostrado crecimiento económico, las cooperaciones se van desligando y hay menos inversiones. FEDOMU es su socio ejecutor.
¿Cómo valoran ustedes las labores, los aportes que se han hecho?
Siendo realista, en una escala del 1 al 10 le daría un 8. Se han dado situaciones que no han sido manejadas a tiempo, se ha perdido el enfoque de que los ayuntamientos juveniles están para promover la participación de la juventud. Actualmente hay 22 ayuntamientos juveniles, solo 14 están activos, funcionando actualmente, y 5 o 6 en proceso de volver a mantenerse.
Veintidós municipios tienen ayuntamientos juveniles y de los que están activos, trabajando, algunos de ellos ya han hecho varias elecciones: Baní, Azua y Villa Altagracia.
¿Qué vinculación ha existido entre los departamentos de juventud y los ayuntamientos juveniles?
Los ayuntamientos juveniles les piden a los ayuntamientos que instalen un departamento de niñez y juventud, porque los alcaldes municipales no crean esas iniciativas juveniles. Para que exista un ayuntamiento de juventud, debe crearse uno de niñez.
Municipios Amigos de la Niñez era un proyecto que creaba los departamentos de la niñez y los municipios que querían ayuntamiento juvenil debían tener esa plataforma, por ahí entraban. Hay un esfuerzo a escala institucional de llegar al consenso de crear una misma plataforma para debatir ambos temas.
¿No te parece que unir las dos ramas podría causar desfase logístico y metodológico? ¿Tener las dos áreas unidas es bueno para poder conseguir financiamiento?
Se hace una sola planificación y se asignan técnicos para cada área, de esa manera se obtienen mejores resultados para los dos. Eso asegura que haya presupuesto, porque la ley no estipula que se destine algún porcentaje para ayuntamientos juveniles.
¿Cómo crees que pueden conseguirse fondos a nivel de los gobiernos locales para trabajar las temáticas relacionadas a la juventud?
Entramos primero con un proyecto de sensibilización a las autoridades municipales. La ley dice que no hay presupuesto para esto, pero a través del presupuesto de salud, educación y género, se pueden trabajar charlas, movilización, operativos médicos. La núm. 176-07 se modificó después de la núm. 49-00, debe darse en el país poder definir el tema de juventud y que haya un monitoreo entre el ministerio de juventud y los ayuntamientos y desprender un plan de trabajo.
En cuánto a las buenas prácticas, ¿cuáles han constatado?
Se solucionó el problema de la declaración tardía en Baní, se logró la declaración de más de 600 niños con la exoneración del pago del impuesto correspondiente a este proceso; las estancias infantiles en La Descubierta en un proyecto propuesto con ayuda de Visión Mundial; la creación de presupuesto participativo y participación en espacios de toma de decisiones.
En Villa Altagracia se ejecutó el plan piloto de juntas de vecinos juveniles y se apoyó la creación de un observatorio de niñez con apoyo de Visión Mundial.
También se está dando un seguimiento constante a lo que está pasando con los ayuntamientos juveniles y FEDOMU para fortalecer capacidades y establecer estándares.
Esas iniciativas están empoderando y volviendo más propositivos a los jóvenes.
Esas prácticas han ayudado a que los ayuntamientos juveniles realicen políticas públicas a favor de la niñez y juventud.
Entonces vemos que esos ayuntamientos juveniles han ayudado al empoderamiento de los jóvenes en los municipios. ¿Están los alcaldes impulsando políticas públicas a favor de esos ayuntamientos?
Sí, en un 30 %. Se han destinado becas para ayudar en el tema de la inclusión laboral y estamos ayudando a diseñar esas políticas.
¿Cómo ha estado la participación de los jóvenes en los cabildos abiertos, en los planes de desarrollo municipal de los ayuntamientos y la Estrategia Nacional de Desarrollo que también mencionaste?
En cuanto a la Estrategia, la participación de los jóvenes fue masiva.
El tema de la participación juvenil sigue siendo un mito en República Dominicana. Se debe buscar cómo invertir en educación, pero más allá de ir a las escuelas, las comunidades no muestran mucho interés, porque existe una cultura asistencialista y no de consultas.
Dentro de 22 ayuntamientos juveniles se calculan cuatro creados es en el marco del proyecto de expansión.
¿Cómo se está dando la comunicación entre los cabildos juveniles y la comunidad, a propósito de lo que hablabas sobre la sociedad civil?
Ha sido muy buena. Sin esa participación de la comunidad no pueden existir los cabildos de juventud y se está más consciente de lo que se va a hacer en la comunidad, o sea, no son centralistas en sus políticas.
¿Cuáles han sido los resultados de todas estas experiencias que hemos conversado?
La integración de los jóvenes a la vida política es uno de ellos: se hacen activos, propositivos y eso es fruto de los ayuntamientos juveniles. La conciencia de votar en las elecciones por quienes presenten propuestas y se están visualizando los temas de infancia.
Háblanos sobre las juntas de vecinos juveniles
Ese proyecto inició de manera piloto en Villa Altagracia y diseñado en Azua.