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República Dominicana

ANTE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO


 

La tasa de mortalidad de niños menores de cinco años marcó una tendencia a la baja durante los años 1990-2012 […] pasó de 59.7 % (1990) a 27.1 % en 2012, lo que significó una reducción de 55 %.

 

Juan Pérez Osorio
Monitor

 

Santo Domingo, 24 de febrero de 2014 

El cuarto objetivo de desarrollo del milenio es “reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años”. Solo se ha definido una meta para concretizar este objetivo y tres indicadores para monitorear su progreso y verificar su cumplimiento. Los indicadores son: la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años, la tasa de mortalidad infantil y la proporción de niños de 12 a 23 meses de edad inmunizados contra el sarampión. ¿Cuál ha sido el desempeño de República Dominicana?

Meta 4.A

Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de cinco años

La mortalidad de la niñez es posiblemente una de las secuelas más graves del subdesarrollo. En ella desembocan varios elementos propios de la pobreza y la exclusión social, como son la baja inversión en educación, la desnutrición y la cobertura y calidad de los servicios sanitarios, de manera específica los programas de vacunación y atención prenatal. 

Por lo tanto, reducir la proporción de niños menores de cinco años que mueren por causas evitables es una de las metas más apremiantes de los ODM y está fuertemente relacionada con el Objetivo 5: la reducción de la mortalidad materna.

Mortalidad en la niñez

En República Dominicana, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años marcó una tendencia a la baja durante los años 1990-2012. Según los datos de la ONU (2013), la mortalidad por cada 1,000 niños nacidos vivos pasó de 59.7 % (1990) a 27.1 % en 2012, lo que significó una reducción del 55 %.

Sin embargo, a pesar de este significativo descenso, las autoridades sanitarias nacionales y organismos internacionales como UNICEF y OMS-OPS, entre otros, han coincidido en que los índices de mortalidad infantil en República Dominicana continúan siendo superiores al promedio regional: en América Latina, el porcentaje disminuyó de 53 % en 1990 a 19 % en 2011, una reducción del 64 % (Velázquez, 2013).

De acuerdo con cálculos de ENDESA sobre la base de la tendencia observada en el período 1988-2007, al año 2015, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años sería de 24.2 %, lo que significa que no se logrará la meta de reducir la tasa hasta 21.7% (ENDESA, 2007).

Mortalidad infantil

El  80 % de las muertes en la niñez ocurre en la etapa infantil (0-1 año) y  la prevalencia tiende a reducirse mucho más lentamente que en la mortalidad post infantil (1-5  años). Como se observa en el Gráfico No. 2, el progreso en este indicador parece haberse ralentizado en la década del 2000. 

La probabilidad que tiene un niño de morir antes del primer año es muy superior a la que tiene entre 1 y 5 años (MEPyD, 2010). En ese mismo sentido, la mortalidad durante la etapa neonatal (menores de 28 días) es alta y es donde se ha registrado menos progreso desde 1991.

De acuerdo con la SESPAS, hoy Ministerio de Salud Pública, las muertes neonatales representaron en el año 2006 el 82.4 % de las muertes en menores de un año y alrededor del 70 % de las de menores de cinco años. (PNUD, 2010).

Las principales causas de muerte neonatal son: síndrome dificultad respiratoria del recién nacido, sepsis bacteriana del recién nacido, hipoxia intrauterina y asfixia perinatal, neumonía congénita, síndrome de aspiración neonatal y prematuridad (MSP, 2013). Las tres primeras son evitables si se cuenta con el personal capacitado e intervenciones eficaces y de bajo costoenfocadas a mejorar la calidad del control prenatal, la realización del parto limpio y la atención inmediata al recién nacido; por lo tanto, la calidad de la atención obstétrica pre y neonatal es un factor determinante sobre los resultados de mortalidad infantil.

Otros factores que inciden sobremanera en la mortalidad de la niñez son el nivel de ingreso y educativo de la madre. En 2007, el estrato de población más pobre registró una tasa de mortalidad de menores de cinco años que era 1.89 veces mayor que la del grupo más rico y la tasa de mortalidad infantil (menores de 1 año) era 1.65 veces mayor que la de dicho grupo (PNUD, 2010).

Los hijos cuyas madres alcanzaron el nivel de educación superior, con una tasa de mortalidad en la niñez de 17 %, presentan un tercio de la incidencia que tienen los niños cuyas madres solo completaron el primer ciclo de básica (51 %). Para el caso de la mortalidad neonatal, la educación de la madre permite reducir la mortalidad de un 28 % en los hijos de madres sin educación, a un 13 % cuando las madres alcanzan el nivel de educación superior (MEPYD, 2010).

De acuerdo con el MSP, la reducción registrada de la mortalidad en la niñez se debió mayormente al esfuerzo de inmunización y de la ampliación del acceso a la rehidratación oral, al manejo simplificado de las infecciones respiratorias agudas y otras acciones similares; es decir, por la aplicación masiva de tecnologías de bajo costo y baja complejidad técnica.

Inmunización contra el sarampión

El sarampión es una importante causa de mortalidad infantil que puede evitarse eficazmente con una vacuna relativamente económica y una revacunación posterior que proporciona protección para toda la vida (CEPAL, 2013). El porcentaje de niños de menos de un año de edad que ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el sarampión aumentó a partir de 1992, lo cual indica que República Dominicana ha mantenido buena cobertura.

Según los registros del Ministerio de Salud Pública, en 1990 la proporción de niños de un año vacunados contra dicha enfermedad fue considerablemente alta: 96 %, muy similar a la de 2007 (96.1 %) y 2008 (94.5 %).  Los resultados de ENDESA concuerdan con los registros del Ministerio y muestran una clara tendencia hacia el aumento de la cobertura a partir de 2005.[i]

Otro hallazgo que refuerza la importancia de la educación para los Objetivos del Milenio es que los niños de las madres que tienen un mayor nivel educativo poseen en promedio el doble de cobertura de todas las vacunas (58 %) de la de aquellos cuyas madres no poseen estudio alguno (27 %) (MEPYD, 2010).  

Conclusión

Al analizar los indicadores oficiales y complementarios de la Meta 4.A y las proyecciones de varias entidades nacionales e internacionales, es evidente que no se logrará reducir la mortalidad en la niñez conforme a lo propuesto en el ODM 4.

No obstante, considerando la importancia de esta meta, las autoridades sanitarias del país han ido sumando importantes logros en la reducción de la mortalidad infantil, básicamente, a través del aumento del acceso a diferentes servicios de salud, especialmente las vacunaciones en contra del tétanos y el sarampión.  

De modo similar, el tema ha estado presente en los distintos instrumentos de planificación estatal. Tal es el caso de la Estrategia Nacional de Desarrollo, donde se estipula como meta reducir a 18 % la mortalidad de los niños menores de cinco años en 2020 y a 11 % en 2030 (Gaceta Oficial, 2012).

Ahora bien, para continuar reduciendo la mortalidad infantil, el país debe trabajar con mayor ahínco en la atención hacia los niños menores de un año, que es la etapa donde ocurren más muertes, aumentando el acceso y la calidad de los servicios de salud materno-infantiles.

Paralelamente, no se puede ignorar que existen varios factores fuertemente ligados al estancamiento del país en materia de mortalidad infantil y que pueden seguir afectando seriamente los avances en su disminución. Son estos la desigualdad del ingreso que lleva la pobreza extrema, la baja oferta y calidad educativa, la desigualdad de género, la alta mortalidad materna y el poco acceso de las mujeres a programas de salud reproductiva.

De ahí parte la premisa de que de la consecución de los ODM 1, 2, 3 y sobre todo el 5, relacionado precisamente a la mortalidad materna, depende el éxito en disminuir la mortalidad infantil.

Finalmente, si no mejora la calidad de atenciones obstétricas a nivel prenatal y neonatal, y no se encaminan acciones para instaurar una verdadera política de educación sexual y reproductiva desde las escuelas, la mortalidad de la niñez continuará mostrando pobres resultados. Estos resultados son incompatibles con las metas de desarrollo del país y constituyen un flagelo que azota desproporcionadamente a los más pobres.

Bibliografía

Centro de Estudios Sociales y Demográficos (CESDEM). (2007). Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA). Santo Domingo, República Dominicana.

Gaceta Oficial. (2012, 26 de enero). Ley No. 1-12 que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. Santo Domingo, República Dominicana.

Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. (2010, 10 de noviembre). República Dominicana - Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de Seguimiento 2010. Santo Domingo, República Dominicana.

Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. (2013). Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, SINAVE. Santo Domingo, República Dominicana.

Organización de las Naciones Unidas. (2013, diciembre).Indicadores de los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM).Recuperado de: http://mdgs.un.org/unsd/mdg/Home.aspx

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2010). Política social: capacidades y derechos. Vol I. Santo Domingo, República Dominicana.

Terrero, C. (1993). Actitudes, prácticas de las madres sobre la vacunación en la consulta externa del Hospital Robert Reid Cabral. Santo Domingo, República Dominicana.

Velázquez, A. (2013, enero). Los Objetivos Desarrollo del Milenio en los países de Centroamérica y República Dominicana – Estado de Avance. Ciudad La Libertad, El Salvador.

 

 

 


[i] No se hace referencia a los resultados de la encuesta de 2007, debido a que en dicho año, en lugar de niños de 12-23 meses, ENDESA reportó datos sobre niños de 18-29 meses, para cuyo rango de edad  encontró que el porcentaje de niños vacunados fue de 79 %.